El jefe de Policía llama "el enemigo" a los estudiantes que han sido masacrados en Valencia por protestar pacificamente en contra de una lesiva amputación de sus derechos.
Este lenguaje beligerante empleado por el Jefe de los grises es un mensaje claro y deliberado: la leña no ha hecho más que empezar y los dos bandos están identificados.
En un lado de la contienda están los políticos (que no se me venga ahora el PSOE a mi bando) y sus mecanismos de coacción y represión (los grises).
Y en el otro lado estamos "el enemigo".
Yo, lo que comentaba ayer de que iba a reconsiderar el volver a manifestarme, ya lo tengo más que claro, y ya he elegido en que bando estoy:
Si pienso que en una democracia la policia no deberia poder actuar de una forma inhumana contra civiles... estoy con el enemigo.
Si no voy a consentir que me impidan salir a la calle... estoy con el enemigo.
Si me parece una cruel falta de respeto hacia gente que lo está pasando muy mal decir que nos vayamos a Laponia... estoy con el enemigo.
Si me pongo de parte de mis compañeros de trabajo que como sigamos así al final les va a salir el finiquito a pagar... estoy con el enemigo.
Si me parece injusto que los asesinos de Marta del Castillo tengan más derechos que los estudiantes pacíficos... estoy con el enemigo.
Si pienso que reivindicarse es un derecho y no un delito.... estoy con el enemigo.
Si yo pienso que devaluar la enseñanza pública es una "prostitución del Estado del Bienestar" ... yo estoy con el enemigo.
Y si la gente jóven va a dejar de ver Telecinco y va a hecharse a la calle (¡a buenas horas! #sumatealengaño ).... y va a dejar de hacer esto:
yo voy a ir con ellos, por supuesto que sí.
Yo voy a estar con el enemigo.... el enemigo del verdadero enemigo...
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