Estimados conciudadanos, como es menester desde que el
Sevilla F.C se quedó huérfano de entrenador de verdad en el banquillo, la
temporada de mi equipo cabalga entre la mediocridad, el esperpento últimamente,
y alguna alegría ocasional como el día del Madrid.
No es algo que me impresione como ya dejé claro el mismo día
que Michel fue renovado mientras Caparrós llamaba a nuestra puerta.
Y no es algo en lo que me vaya a recrear hoy.
En una situación como en la que estamos, se necesita un
golpe de efecto, un punto de inflexión; como yo digo, un golpe en la mesa.
Si me dan a elegir a dedo un rival para que esto se
produzca, elijo al que nos visita mañana sin lugar a duda alguna, porque me ofrece el escenario para que dicho golpe de efecto se produzca, en un sentido u otro.
Ya lo único que necesito es que no se produzca un empate.
Como sucede en las elecciones, con el empate al
día siguiente resulta que todo el mundo ha ganado e interpreta el resultado de
acuerdo a sus intereses.
No hay golpe de efecto.
Si se cumple el mayor de mis deseos y ganamos el partido, en
casa, con los biris dónde siempre debieron estar y el campo que se cae; estoy
seguro quese va a producir una comunión entre afición, técnico y jugadores en la que cimentar el comienzo de una trayectoria ascendente.
No obstante, si tenemos que perder, sólo pido que sea dando
una pobrísima imagen. Si puede ser por goleada, casi que mejor.
Tengo la espalda lo suficientemente ancha para aguantar lo
que me echen y no me voy a esconder.
En este caso debiera producirse el golpe de efecto en sentido inverso. Cese inmediato de Michel como entrenador del Sevilla, descarte inmediato de varios jugadores, promoción de algunos canteranos y Monchi haciendo los deberes para el mercado de invierno.
Si todo esto se produjera, gran favor nos haría el otro equipo de la ciudad de Sevilla.
En este punto me gustaría decir muchas cosas en esta jornada
de pre-derbi. Cosas que diré pero que hoy me voy a callar porque un día decidí
ser sevillista incondicional, hasta la muerte.
Gracias a como se hagan las cosas; o pese a ello...
Mañana estaré por la mañana en el Ramón Sanchez Pizjuán preparando un
mosaico y tengo entendido que el equipo se entrenará también en el estadio a esa hora.
Si tengo la suerte de ver a Michel le desearé toda la suerte
del mundo, que será la mía. Pero en caso de que esta no le acompañara, espero
que sea la última vez que le vea.
Y como digo siempre, espero que tanto los buenos como los béticos,
sevillistas o perdedores; disfrutemos de lo que junto con semana santa y feria
es una de las grandes fiestas de la ciudad y que los imbéciles de uno y otro
lado se queden en su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario